miércoles, 25 de abril de 2012

GALA INAUGURAL


CUENTEROS Y CUENTISTAS CONGREGAN A LA MULTITUD Y PROPONEN LA RISA COMO ARGUMENTO PARA SEGUIR VIVIENDO
Un FESTIVAL para contar la vida

La palabra oral para decir la vida. Gesticular. Encender la memoria y entonces la magia desde el escenario.

Son los narradores orales dentro del programa del Festival Internacional Cuenteros y cuentistas 2012, quienes congregan. Y lanzan hacia los espectadores las oraciones, los movimientos lúdicos, entrañables, ingeniosos.

Es el Teatro Julio Castillo una cápsula para la fabricación de la risa a partir de las historias, y es la sede para la inauguración del Festival. Es domingo y por la tarde escuchar cuentos es un motivo para el deseo de seguir viviendo.

Hasta este teatro llegaron los juglares, con su equipaje de ideas dentro de sus voces, compartirlas: el objetivo. Tercera llamada, el público presto, las luces para enfocar a las primeras contadoras: Xiomara Calderón, Haydeé Arteaga, paréntesis obligado para describir la inmensidad de este nombre: Haydeé lleva ya noventaiséis calendarios en la vida, y setenta de ellos para decir los cuentos.

Un aplauso, muchos aplausos, para doña Haydeé, la oralidad para repartir lo aprendido. Y su hija, Xiomara, alud solidario y agradecido para con la mujer que le dio la vida y le heredó el oficio.

Vinieron después los integrantes de La Charada, titiriteros guatemaltecos para reavivar el cuento de La caperucita roja. Les sucedió Flora Ovalles, de Venezuela, posteriormente Marcela Romero, de México, y cerró el programa Christian Atanasiu, de España.

Flora Ovalles con adivinanzas y cantos, los espectadores para corear con palmas; Marcela Romero representando al país anfitrión: México; Christian Atanasiu convertido en un pollo, posteriormente para decir frases en cuyo juego de palabras, como un sueño, brincaba de una imagen a otra, de una anécdota convertida en otra.

Domingo de inauguración, inicio feliz que, en lo sucesivo del programa que es basto en este Festival Internacional, sabremos también llegará a un final feliz. /// Carlos Sánchez

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