miércoles, 4 de diciembre de 2013

DESALOJAN A TRIKYS DEL CENTRO DE MÉXICO

IMPUNEMENTE Y CON LUJO DE VIOLENCIA DESALOJAN CAMPAMENTO DE TRKYS UBICADO A UN COSTADO DE CATEDRAL

CENTRO HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE MÉXICO, noche del 3 de diciembre de 2013.  En medio de llantos, sentimientos de impotencia, niños pequeños buscando a sus madres; entre gritos de: "Por qué nos tratan como animales; ustedes sirven sólo para atacar a los huérfanos, viudas y desvalidos porque no pueden con los rateros que se meten a las tiendas ni con los del crimen organizado," un centenar de granaderos del Gobierno del Distrito Federal con lujo de violencia  acabaron con el campamento de resistencia que mantenía una comunidad de indígenas oaxaqueños trikys a un costado de la Catedral Metropolitana de México...

Voces de mujeres indignadas se alzaban para denunciar que no tenían a dónde ir; que en Oaxaca los paramilitares habían matado a sus compañeros, a sus esposos, a sus hermanos... Que llevaban varios años en este campamento de resistencia exigiendo justicia y sólo recibían el abandono de la sociedad civil y los oídos sordos de las autoridades. Que por qué las autoridades no los envíaban a Oaxaca y garantizaban su seguridad... Por qué...

Cínicamente, una mujer treinteañera que se decía ser de la Comisión de Derechos Humanos del DF avalaba el despojos sin intervenir para que las mujeres policías no agredieran a las indígenas que gritaban: "Quiero mis cosas, los zapatos de mi niñito se quedaron, está descalzo... déjenme sacar mis cosas... Por qué nos tratan así... Mis trastos para cocinar." "Ya pasó señora, mejor váyase a cuidar a su hijo", le contestaba una uniformada al mismo tiempo que su cuerpo servía de escudo para impedirle el paso.
Una treintena de trabajadores de limpia del GDF "hicieron el trabajo sucio" igual que en el desalojo de maestros en el Zócalo capitalino... "Son órdenes de Mancera", argumentaban algunos uniformados ante la pregunta por conocer al responsable del operativo... "¡Ya se les había avisado, ya sabían!". “Es Mancera, pregúntele a él…”  

“Gracias a Dios ustedes tienen trabajo, no saben de frio ni de hambre… ojalá les dure su trabajo, ojalá nunca vivan lo que nos están haciendo pasar…” “Ustedes que son educados no entienden el daño que nos están haciendo…” Las mujeres trikys se desgañitaban la voz mientras algún uniformado varón hacía chistes y se reían…  La relatora de derechos humanos tomaba fotos con su celular como si se tratara de una verbena… Algunas personas de la sociedad civil grababan con sus celulares el desalojo… 
Unos seis cinco camiones de basura sirvieron para llevarse la mercancía de los indígenas: blusas y vestidos bordados, playeras con estampados de defensores de derechos humanos asesinados, etes, collares, pulseras de chaquira… “Ésas son nuestras armas, ésas son nuestras herramientas de trabajo; pero nos dejan las manos que saben trabajar y seguiremos; no descansaremos…”

“Señor policía que lástima me da, teniendo un arma no puede protestar… “ Hacia la media noche los camiones de basura se llevaban los tablones, las lonas, las estructuras metálicas que servían de casa a más de una decena de indígenas trikys… En medio de consignas poco a poco los indígenas comenzaban a dispersarse y a resguardar lo poco que rescataron… Ya casi era la media noche del ya 4 de diciembre de 2013. // Florina Piña