IMPUNEMENTE Y CON LUJO DE VIOLENCIA DESALOJAN CAMPAMENTO DE
TRKYS UBICADO A UN COSTADO DE CATEDRAL
CENTRO HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE MÉXICO, noche del 3 de diciembre de 2013. En medio de llantos, sentimientos de impotencia, niños
pequeños buscando a sus madres; entre gritos de: "Por qué nos tratan como
animales; ustedes sirven sólo para atacar a los huérfanos, viudas y desvalidos
porque no pueden con los rateros que se meten a las tiendas ni con los del
crimen organizado," un centenar de granaderos del Gobierno del Distrito
Federal con lujo de violencia acabaron
con el campamento de resistencia que mantenía una comunidad de indígenas
oaxaqueños trikys a un costado de la Catedral Metropolitana de México...
Voces de mujeres indignadas se alzaban para denunciar que no
tenían a dónde ir; que en Oaxaca los paramilitares habían matado a sus
compañeros, a sus esposos, a sus hermanos... Que llevaban varios años en este
campamento de resistencia exigiendo justicia y sólo recibían el abandono de la
sociedad civil y los oídos sordos de las autoridades. Que por qué las
autoridades no los envíaban a Oaxaca y garantizaban su seguridad... Por qué...
Cínicamente, una mujer treinteañera que se decía ser de la
Comisión de Derechos Humanos del DF avalaba el despojos sin intervenir para que
las mujeres policías no agredieran a las indígenas que gritaban: "Quiero
mis cosas, los zapatos de mi niñito se quedaron, está descalzo... déjenme sacar
mis cosas... Por qué nos tratan así... Mis trastos para cocinar." "Ya
pasó señora, mejor váyase a cuidar a su hijo", le contestaba una
uniformada al mismo tiempo que su cuerpo servía de escudo para impedirle el
paso.
Una treintena de trabajadores de limpia del GDF
"hicieron el trabajo sucio" igual que en el desalojo de maestros en
el Zócalo capitalino... "Son órdenes de Mancera", argumentaban
algunos uniformados ante la pregunta por conocer al responsable del
operativo... "¡Ya se les había avisado, ya sabían!". “Es Mancera,
pregúntele a él…”
“Gracias a Dios ustedes tienen trabajo, no saben de frio ni
de hambre… ojalá les dure su trabajo, ojalá nunca vivan lo que nos están
haciendo pasar…” “Ustedes que son educados no entienden el daño que nos están
haciendo…” Las mujeres trikys se desgañitaban la voz mientras algún uniformado
varón hacía chistes y se reían… La relatora
de derechos humanos tomaba fotos con su celular como si se tratara de una
verbena… Algunas personas de la sociedad civil grababan con sus celulares el
desalojo…
Unos seis cinco camiones de basura sirvieron para llevarse
la mercancía de los indígenas: blusas y vestidos bordados, playeras con estampados
de defensores de derechos humanos asesinados, etes, collares, pulseras de
chaquira… “Ésas son nuestras armas, ésas son nuestras herramientas de trabajo;
pero nos dejan las manos que saben trabajar y seguiremos; no descansaremos…”
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