lunes, 1 de octubre de 2012

NARRACIÓN ORAL CON PERSPECTIVA DE GÉNERO



Estoy
aquí
en
lucha 
constante
TALLER DE NARRACIÓN ORAL 
CON PERSPECTIVA DE GÉNERO
*
ORGANIZAN: CUENTEROS Y CUENTISTAS AC 
Y FARO TLÁHUAC


ÉSTA ES LA RESPUESTA QUE DA ADRIANA, una de las asistentes del Taller… La instructora es Hena Carolina Velázquez: periodista, feminista, capacitadora y terapeuta Gestalt especializada en el área corporal; pero también es contadora de historias… En su vida cotidiana Carolina muestra la mujer que es, con sus conocimientos, experiencias de vida, interés por empoderar  a las mujeres que la rodean en las circunstancias diversas y abraza a los hombres que están en el camino por reconocer los roles y estereotipos de género; y a quienes no, que se cuiden de su palabra clara, honesta y abierta porque Carolina no es condescendiente. Y eso se agradece, porque en esto de empoderarnos lo que más nos cuesta es reconocernos con los estigmas del violentador o violentadora, del victimario  o victimaria… Y eso justamente es lo que hay que superar.



Como parte del proyecto La palabra: herramienta que empodera, del Programa de Coinversión para el Desarrollo Social del Distrito Federal, Carolina impartió el taller en el Faro Tláhuac… Tuvo doce inscritos, la mayoría son mujeres; sólo tres hombres se inscribieron… Quien fuera colaboradora de la agencia de noticias Comunicación e Información de la Mujer, CIMAC, reconoce que fue muy bueno contar con la presencia de compañeros., pues en estos temas de género y equidad de debe incluir siempre a los varones…


Alrededor del setenta por ciento de los asistentes cuenta con más de sesenta años, cómo es que ante “las resistencias” que implica contar con esta edad y una cultura familiar determinada es que se puede contribuir en el cotidiano con los temas de género… Carolina contesta:

En este grupo prácticamente no hubo resistencias, sus integrantes son sensibles ya a saber que es importante el respeto a los derechos humanos de las personas, un terreno ya abonado para hablar de perspectiva de género y de cómo el objetivo de esta propuesta es el reconocer que las mujeres somos sujetas de derechos, cómo humanas que somos.




¿Fue sencillo abarcar esta temática con este perfil de público? Velázquez Vargas, agregó:
Lo que si había por lo menos en diez de sus integrantes –de un total de doce— es una gran confusión respecto a tres conceptos básicos y centrales para entender qué es, para qué y cómo se aplica la perspectiva de género en general para vivir respetando los derechos humanos de las personas y en particular en la narración oral. Los conceptos son: sexo, género y perspectiva de género.

Uno de los aspectos que se impulsaron en el taller fue la importancia de darnos cuenta quiénes somos a partir de nuestra propia historia, entendida ésta como un proceso de vida en el que hemos realizado infinidad de cosas, esto permite ir quitando de manera individual y en el grupo prejuicios, estereotipos y calificaciones y reconocer que nuestra experiencia –cualquiera que ésta sea-- tiene un valor.




Este reconocimiento a partir de la historia individual, la tallerista lo llevo a través de tres ejercicios:

1. Escoger un cuaderno que se usaría como un diario de narración oral y que estuviera relacionado con la imagen de lo que soy como persona (color, tamaño, forma, dibujos). Escribir en él, tanto los apuntes de las sesiones del taller (incluidas las tareas y los ejercicios) y todo los comentarios, imágenes, historias relacionadas con el proceso de narración oral de cada integrante del taller. 2. Escribir la historia de su nombre cómo un ejercicio central de identidad. 3. Escoger un cuento relacionado a la pregunta ¿qué tiene que ver conmigo?, analizarlo y ver cómo se podría contar con perspectiva de género, tomando en cuenta para esto último: tema, desarrollo de la historia, principio y final, que en él se pudiera mostrar la forma cómo nos relacionamos las mujeres y los hombres en esta sociedad.

Habrá que señalar que el grupo del taller Narración oral con perspectiva de género fue constante; excepcionalmente alguien faltó o dejó de compartir sus reflexiones sobre su historia individual… Este compromiso de auto revisión y exposición del análisis logró que el grupo se compactara en materia de cooperación, fraternidad y una solidaridad muy especial al volverse replicadores de los temas de género y equidad no sólo como contadores de historias, sino como hombres y mujeres, madres o padres, abuelas o abuelos; hijos de familia, compañeros o compañeras de clase o de trabajo…

Habrá que decir que no es gratuita la presencia de Cuenteros y Cuentistas AC en el Faro de Tláhuac, pues hay una relación de amistad y colaboración desde hace alrededor de cuatro años. Estamos convencidas que nuestra misión y visión coincide con la de su director Martín González y la de sus colaboradores: Alejandro  Rincón, Nayma Hernández y resto del equipo de esta Fabrica de Artes y Oficios con respecto a cómo contribuir desde el arte y la cultura no sólo para que la comunidad de la ciudad de México se apropie de sus derechos e incidir en la restitución del tejido social a fin de reducir la violencia intrafamiliar y social, de valorar el trabajo comunitario y el patrimonio de una delegación con una presencia rural importante y un ecosistema aún rico en materia lacustre y paisajista.  

Incidimos de manera conjunta a formar un público ciudadano que tenga cada vez más elementos para interpretar su realidad e interpretarse mejor así mismo. Por eso estamos agradecidas con los amigos del Faro Tláhuac por sumarse a nuestros proyectos y abrirnos su casa para compartir desde nuestro quehacer que es contar cuentos y promover las diversas lecturas del mundo…

Además, qué mejor llevar a cabo este taller de Narración de cuentos con perspectiva de género en un espacio natural donde se respiran los libros de su biblioteca; los murales diversos que adornan paredes, vitrinas, ventanales… Donde paralelamente se compare con otros talleristas y tallerandos; donde desde el policía, el personal de intendencia, administrativos y directivos en conjunto promueven la libertad de tránsito y el pensamiento crítico; donde todo está acomodado para respirar arte… Gracias amigos del Faro Tláhuac.







*
A continuación, conocerá tres testimonios de asistentes al taller…

María Adriana García Bustos. A sus 51 años, asiste a este taller como una oportunidad “determinante para crecer,  para enfrentar la soberbia que luego la gente mayor tiene, pues piensan que ya no tienen nada más que descubrir”.

Este taller le permite cuestionar “qué es ser mujer”, qué papeles está reproduciendo como madre de dos  varones, uno de 24 y otro de 25. Cuestionarse eso en palabras de Adriana “es una verdadera crisis a los 51 años”, donde estás en otro momento de la vida. “Me cambia por completo el esquema que yo creo que era vivir los 50 años, adquieres más independencia. Me cuestiona por completo el papel tradicional de la mujer… Queremos ser mujeres del siglo XXI y los varones se siguen quedando un siglo atrás”.

El reto mayor de adentrarse a estos temas para Adriana “es llevarlo a la práctica y no sólo hablarlo, mis hijos también cocinan, pero permanentemente tengo que cuestionarles que a mí no me tiene que tocar todo. Estoy aquí en lucha constante”.
“La principal dificultad de enfrentar en este taller es tener seguridad en mí misma, creer que puedo dar el siguiente paso y adaptarme a la gente joven. Me ha enriquecido mucho. Como maestra siempre mantienes el poder y la autoridad y aquí llegas con iguales, con gente menor que tú de la cual aprendes mucho”.
María Adriana García Bustos vive en Santiago Zapotiltlán desde hace 18 años, colonia a la que se cambió después de que se divorció. Migrante de diferentes colonias del Distrito Federal, nació en la colonia Postal en Benito Juárez, después se fue a vivir a la colonia San Rafael, luego residió casada en Culhuacán y posteriormente llegó a Tláhuac.
Adriana es maestra en la secundaria de la Escuela Normal Superior, siempre ha tenido el placer por la lectura y la lectura en voz alta; como maestra se dio cuenta del arma seductiva que la palabra puede ser.
Desde hace dos años toma cursos  constantemente en el FARO, desde que se abrió el primer taller para narradores orales fue invitada y, en esta ocasión, fue convocada para el taller de Narración con perspectiva de género.



Estela Coraza Bedolla,  oriunda de Santiago Zapotiltlán. Lleva viviendo aquí aproximadamente 18 años, antes vivía en la colonia Nápoles, se cambió porque vivía en una vecindad vieja.  Su hermana y ella compraron un terreno y se vinieron para Tláhuac. Estudió hasta  sexto de primaria.

Al Faro Tláhuac  llegó para tomar un curso de computación, luego la invitaron al taller de Lectura en Voz Alta… El profesor Rafael Hernández dio el taller de narración oral de “y empezamos a contar cuentos”;  la primera vez que contó “todo se oscureció y no veía nada”. Desde entonces he seguido practicando y hasta fue a narrar a Coyoacán. En este taller “me sentía muy bien, pero al principio no le entendía mucho y me costaba trabajo”.

La principal utilidad que le encuentra es saber expresar el cuento desde la perspectiva de género, esas palabras ya no las recordaba. Antes de replicar en algún sitio “necesito repasarlo yo solita, luego escribir algo mío para incorporar la perspectiva y encontrar como aplicarlo en la vida cotidiana”.



Ignacia Coraza Bedolla. Lleva 20 años viviendo en Tláhuac, estudió hasta  la Prepa y es madre de una hija.  Como ella diría tiene 40 y 20, es decir, 60.  Lo que más le gustó del taller fue que viniera su pareja Ricardo con ella. Él es reacio a platicar. “Me gustó mucho el taller, aprendí cosas que me competen como mujer, cosas que afirmo, como no necesitar de un varón para salir adelante. He aprendido a leer más y encontrar otros sentidos”.


Ricardo Castillo Cervantes, de 73 años de edad… “Vivo con Nachita desde hace diez años en Zapotiltlán”. Nació en la Gustavo A. Madero en la Villa, creció entre Peralvillo y Vallejo.  Es padre de dos hijos, de los cuales está desconectado. “Llegué al taller de género porque Nacha me empezó a impulsar, yo era muy dado a los trabajos manuales, pero ahora  he empezado a introducirme en este tipo de talleres. Para mí  hay muchas aportaciones porque yo nunca tuve una educación formal, por eso su importancia es mucha. Yo no sé hasta donde pueda llegar, pero ahí vamos.”




El taller de Narración con perspectiva de género inició el 23 de agosto; el 27 de septiembre presentaron ante el público una función donde dieron cuenta del cuaderno-diario, de la historia de su nombre y narraron la historia que seleccionaron para compartir la perspectiva de género.







El 4 de octubre, a manera de cierre, el grupo grabará en audio las historias que analizó a lo largo de veinte horas de sesión repartidas en seis clases… Se pretende que estas grabaciones conformen un cede que se pueda distribuir gratuitamente o a un bajo costo…  La idea es compartir con otras y con otros cuentos de la literatura universal, de la tradición oral y de las historias de vida para empoderarnos como seres humanos.



Habrá que señalar que hubo compañeros y compañeras que modificaron o cambiaron sus historias, “porque se dieron cuenta que no tenían perspectiva de género y que seguían reproduciendo roles machistas”, asevera Carolina Velázquez y agrega: principalmente las compañeras celebraron mucho estas modificaciones y hasta les aplaudieron, porque si se dieron cuenta que al ser contadores de historias y enfrentarse a diversos públicos sí tienen mucha responsabilidad de qué cuenta y desde qué perspectiva; se dieron cuenta que como narradores orales y artistas escénicos sí pueden aportar mucho para que esta sociedad sea más equitativa y mucho más justa entre hombres y mujeres… Hena Carolina Velázquez Vargas finaliza: “Fue un buen grupo, me quedo muy contenta”. // 1o. de octubre de 2012. Entrevistas: Abril Olivares Texto: Florina Piña  Fotos: AOR y FPC








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