Estoy
aquí
en
lucha
constante
TALLER DE NARRACIÓN ORAL
CON PERSPECTIVA
DE GÉNERO
*
ORGANIZAN: CUENTEROS Y
CUENTISTAS AC
Y FARO TLÁHUAC
ÉSTA ES LA
RESPUESTA QUE DA ADRIANA, una de las
asistentes del Taller… La instructora es Hena Carolina Velázquez: periodista,
feminista, capacitadora y terapeuta Gestalt especializada en el área corporal;
pero también es contadora de historias… En su vida cotidiana Carolina muestra
la mujer que es, con sus conocimientos, experiencias de vida, interés por
empoderar a las mujeres que la rodean en
las circunstancias diversas y abraza a los hombres que están en el camino por
reconocer los roles y estereotipos de género; y a quienes no, que se cuiden de
su palabra clara, honesta y abierta porque Carolina no es condescendiente. Y
eso se agradece, porque en esto de empoderarnos lo que más nos cuesta es reconocernos
con los estigmas del violentador o violentadora, del victimario o victimaria… Y eso justamente es lo que hay
que superar.
Alrededor del setenta por ciento de los asistentes cuenta con más
de sesenta años, cómo es que ante “las resistencias” que implica contar con
esta edad y una cultura familiar determinada es que se puede contribuir en el cotidiano
con los temas de género… Carolina contesta:
En este
grupo prácticamente no hubo resistencias, sus integrantes son sensibles ya a
saber que es importante el respeto a los derechos humanos de las personas, un
terreno ya abonado para hablar de perspectiva de género y de cómo el objetivo
de esta propuesta es el reconocer que las mujeres somos sujetas de derechos,
cómo humanas que somos.
¿Fue sencillo abarcar esta temática con este perfil de público?
Velázquez Vargas, agregó:
Lo que si
había por lo menos en diez de sus integrantes –de un total de doce— es una gran
confusión respecto a tres conceptos básicos y centrales para entender qué es,
para qué y cómo se aplica la perspectiva de género en general para vivir
respetando los derechos humanos de las personas y en particular en la narración
oral. Los conceptos son: sexo, género y perspectiva de género.
Uno de los
aspectos que se impulsaron en el taller fue la importancia de darnos cuenta
quiénes somos a partir de nuestra propia historia, entendida ésta como un
proceso de vida en el que hemos realizado infinidad de cosas, esto permite ir
quitando de manera individual y en el grupo prejuicios, estereotipos y
calificaciones y reconocer que nuestra experiencia –cualquiera que ésta sea--
tiene un valor.
Este reconocimiento a partir de la historia individual, la
tallerista lo llevo a través de tres ejercicios:
1. Escoger un cuaderno que se usaría como un diario de narración
oral y que estuviera relacionado con la imagen de lo que soy como persona
(color, tamaño, forma, dibujos). Escribir en él, tanto los apuntes de las
sesiones del taller (incluidas las tareas y los ejercicios) y todo los
comentarios, imágenes, historias relacionadas con el proceso de narración oral
de cada integrante del taller. 2. Escribir la historia de su nombre cómo un
ejercicio central de identidad. 3. Escoger un cuento relacionado a la pregunta
¿qué tiene que ver conmigo?, analizarlo y ver cómo se podría contar con
perspectiva de género, tomando en cuenta para esto último: tema, desarrollo de
la historia, principio y final, que en él se pudiera mostrar la forma cómo nos
relacionamos las mujeres y los hombres en esta sociedad.
Habrá que señalar
que el grupo del taller Narración oral con perspectiva de género fue constante;
excepcionalmente alguien faltó o dejó de compartir sus reflexiones sobre su
historia individual… Este compromiso de auto revisión y exposición del análisis
logró que el grupo se compactara en materia de cooperación, fraternidad y una solidaridad
muy especial al volverse replicadores de los temas de género y equidad no sólo
como contadores de historias, sino como hombres y mujeres, madres o padres,
abuelas o abuelos; hijos de familia, compañeros o compañeras de clase o de
trabajo…
Incidimos de
manera conjunta a formar un público ciudadano que tenga cada vez más elementos
para interpretar su realidad e interpretarse mejor así mismo. Por eso estamos
agradecidas con los amigos del Faro Tláhuac por sumarse a nuestros proyectos y
abrirnos su casa para compartir desde nuestro quehacer que es contar cuentos y
promover las diversas lecturas del mundo…
*
A continuación, conocerá tres testimonios de asistentes al taller…
María
Adriana García Bustos. A sus 51 años, asiste a este taller como una
oportunidad “determinante para crecer,
para enfrentar la soberbia que luego la gente mayor tiene, pues piensan
que ya no tienen nada más que descubrir”.
Este taller le permite cuestionar “qué es ser mujer”, qué papeles
está reproduciendo como madre de dos
varones, uno de 24 y otro de 25. Cuestionarse eso en palabras de Adriana
“es una verdadera crisis a los 51 años”, donde estás en otro momento de la
vida. “Me cambia por completo el esquema que yo creo que era vivir los 50 años,
adquieres más independencia. Me cuestiona por completo el papel tradicional de
la mujer… Queremos ser mujeres del siglo XXI y los varones se siguen quedando
un siglo atrás”.
El reto
mayor de adentrarse a estos temas para Adriana “es llevarlo a la práctica y no
sólo hablarlo, mis hijos también cocinan, pero permanentemente tengo que
cuestionarles que a mí no me tiene que tocar todo. Estoy aquí en lucha constante”.
“La
principal dificultad de enfrentar en este taller es tener seguridad en mí
misma, creer que puedo dar el siguiente paso y adaptarme a la gente joven. Me
ha enriquecido mucho. Como maestra siempre mantienes el poder y la autoridad y
aquí llegas con iguales, con gente menor que tú de la cual aprendes mucho”.
Adriana es
maestra en la secundaria de la Escuela Normal Superior, siempre ha tenido el placer
por la lectura y la lectura en voz alta; como maestra se dio cuenta del arma
seductiva que la palabra puede ser.
Desde hace dos años toma cursos
constantemente en el FARO, desde que se abrió el primer taller para
narradores orales fue invitada y, en esta ocasión, fue convocada para el taller
de Narración con perspectiva de género.
Estela
Coraza Bedolla, oriunda de
Santiago Zapotiltlán. Lleva viviendo aquí aproximadamente 18 años, antes vivía
en la colonia Nápoles, se cambió porque vivía en una vecindad vieja. Su hermana y ella compraron un terreno y se
vinieron para Tláhuac. Estudió hasta
sexto de primaria.
La principal utilidad que le encuentra es saber expresar el cuento
desde la perspectiva de género, esas palabras ya no las recordaba. Antes de
replicar en algún sitio “necesito repasarlo yo solita, luego escribir algo mío
para incorporar la perspectiva y encontrar como aplicarlo en la vida
cotidiana”.
Ignacia
Coraza Bedolla. Lleva 20 años viviendo en Tláhuac, estudió hasta la Prepa y es madre de una hija. Como ella diría tiene 40 y 20, es decir, 60. Lo que más le gustó del taller fue que viniera
su pareja Ricardo con ella. Él es reacio a platicar. “Me gustó mucho el taller,
aprendí cosas que me competen como mujer, cosas que afirmo, como no necesitar
de un varón para salir adelante. He aprendido a leer más y encontrar otros
sentidos”.
Ricardo
Castillo Cervantes, de 73 años de edad… “Vivo
con Nachita desde hace diez años en Zapotiltlán”. Nació en la Gustavo A. Madero
en la Villa, creció entre Peralvillo y Vallejo.
Es padre de dos hijos, de los cuales está desconectado. “Llegué al
taller de género porque Nacha me empezó a impulsar, yo era muy dado a los
trabajos manuales, pero ahora he
empezado a introducirme en este tipo de talleres. Para mí hay muchas aportaciones porque yo nunca tuve
una educación formal, por eso su importancia es mucha. Yo no sé hasta donde
pueda llegar, pero ahí vamos.”
El taller de Narración con perspectiva de género inició
el 23 de agosto; el 27 de septiembre presentaron ante el público una función
donde dieron cuenta del cuaderno-diario, de la historia de su nombre y narraron
la historia que seleccionaron para compartir la perspectiva de género.
El 4 de octubre, a
manera de cierre, el grupo grabará en audio las historias que analizó a lo largo
de veinte horas de sesión repartidas en seis clases… Se pretende que estas
grabaciones conformen un cede que se pueda distribuir gratuitamente o a un bajo
costo… La idea es compartir con otras y
con otros cuentos de la literatura universal, de la tradición oral y de las
historias de vida para empoderarnos como seres humanos.
Habrá que señalar
que hubo compañeros y compañeras que modificaron o cambiaron sus historias, “porque
se dieron cuenta que no tenían perspectiva de género y que seguían
reproduciendo roles machistas”, asevera Carolina Velázquez y agrega: principalmente
las compañeras celebraron mucho estas modificaciones y hasta les aplaudieron,
porque si se dieron cuenta que al ser contadores de historias y enfrentarse a
diversos públicos sí tienen mucha responsabilidad de qué cuenta y desde qué
perspectiva; se dieron cuenta que como narradores orales y artistas escénicos sí
pueden aportar mucho para que esta sociedad sea más equitativa y mucho más
justa entre hombres y mujeres… Hena Carolina Velázquez Vargas finaliza: “Fue un
buen grupo, me quedo muy contenta”. // 1o. de octubre de 2012. Entrevistas: Abril Olivares Texto: Florina Piña Fotos: AOR y FPC
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